Hace tiempo que una película no me deja tan fuera de mí como lo hizo Animales Nocturno, estoy convencida que es uno de los mejores filmes que he visto en toda mi vida y no dudaría en recomendarla dos veces.
Dos historias diferentes se entretejen gracias a los elementos que ambas se otorgan logrando un efecto que al menos ha sido devastador para mi alma. La escena que abre la película tiene una fuerza que cautivó a todos los espectadores en la sala del cine y a partir de ahí todo fue silencio espectral, el aparato fotográfico de la película es tal que te encuentras observando cuadro a cuadro una obra de arte que te obliga a mantenerte quieto y casi sin pestañear por el temor a mover los ojos y descubrir que formas parte de la macabra historia que se desarrolla ante ti.
Las imágenes son poderosas, pero el refuerzo de una buena historia que se sostiene sobre lo atinado y duro de los diálogos hacen de las dos horas de su desarrollo una experiencia completa, mi sentir durante mi estancia en la sala del cine fue la que uno experimenta cuando se encuentra escuchando una discusión que no le atañe, es un realismo tan puro que se transforma en algo irreal, que el corazón y la mente no pueden procesar sin sentir el agobio de estar frente a situación que nos ata de manos y que no podemos manejar más allá de ser simples espectadores.
No tengo mucho que decir sobre Animales Nocturnos que no sean alabanzas, tal vez yo me encontraba en el modo correcto para sumergirme en la historia, aunque la verdad es que todo lo que necesitaba después de ver la película era aire fresco para procesar todas las emociones que había experimentado, así que no puedo hacer otra cosa que recomendarla a quien busque una opción de estética incomparable y con una premisa humana que arranca al espectador de su asiento para insertarlo en su propio universo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario